21 ago 2011

INVITACION

Con motivo de cumplirse hoy, domingo 21 de agosto de 2011, 100 años del nacimiento de Mariano A. Arrieta, los invitamos a la misa que se celebrará a las 12, en la Basílica de San Ponciano, calle 48 e/ 5 y Diag. 80 (La Plata, Argentina).

16 ago 2011

UN HOMBRE DE BIEN

Maestro normal, profesor de historia, periodista, político, deportista, pero por sobre todas las cosas, Mariano Anastacio Arrieta fué un destacado hombre público que puso sus mejores capacidades al servicio de sus semejantes.

Nació el 21 de agosto de 1911, en Villa Mercedes, provincia de San Luis.

Sus padres fueron el Dr. Dn. Teodoro Arrieta Vidal, abogado y escribano y Doña Mariana Ducorneau. Tenía cuatro hermanos – Teodoro, Irma, Juan Ernesto y Ramón Narciso-, de los cuales viven dos: la única mujer, Irma Arrieta de Albarracín, y Ramón N. Arrieta.

Nacido en una familia de raigambre provinciana (Traslasierra, Villa Dolores de Córdoba, La Lomita, Villa Mercedes de San Luis), conservó siempre el amor por esas serranías donde los amigos lo conocían como “Chileno”. En su familia paterna se destacaron los “maestros”, muy conocedores de la historia y las tradiciones, grandes e interesantes interlocutores, que también se destacaron como políticos. Todas estas características se reprodujeron en Mariano.

Conocía mucho  el interior del país y sabía las bondades y las limitaciones que se tienen lejos de las grandes ciudades. Tal vez por eso, a lo largo de su carrera se destacó por el empeño puesto en lograr obras en beneficio de la comunidad. Eso se vio, no solamente en La Plata a través de las instituciones en las que actuaba, sino en Luján (Bs. As), en otras localidades bonaerenses y en Mina Clavero (Córdoba) donde contribuyó decisivamente a la nacionalización del colegio secundario (Colegio Nacional). En esta villa de Traslasierra donde pasaba los veranos con su esposa, sus hijos y sus nietos, donó parte de su pequeña propiedad para abrir un pasaje peatonal que beneficiara a los pobladores.

Tuvo la oportunidad de conocer varios países del mundo, entre ellos, España, Italia, Francia, Portugal, Grecia, Inglaterra, Suiza, Alemania, Estado Unidos de Norteamérica, Brasil, Paraguay, Uruguay, trayendo consigo un abanico de anécdotas e imágenes que reflejaba la visión sagaz e inteligente del periodista y el interés permanente del docente por la historia de las diversas culturas; a su vez, llevaba a cada lugar que visitaba su alegría característica y su bagaje de conocimiento sobre nuestro país y su historia, producto tanto de sus estudios como de haberlo recorrido casi en su totalidad (llegó a visitar nuestra Antártida también), lo que lo conformaba en un excelente embajador natural de la Argentina, país que amaba incondicionalmente.

En sus últimos años su salud se había resentido y la pérdida de su esposa Chela y de su único hijo varón – Marianito- contribuyó decisivamente a su quebranto. No obstante, no perdió el temple y superó a fuerza de voluntad la tristeza, tratando de darle a todos los que lo rodeaban un mensaje de fe.

Fue en el verano del 95 que viajó a Mina Clavero acompañado por su nieta Mariana. Lo estaban esperando su hermana, su cuñado y primos y sobrinos. Una cálida reunión en la galería de su casa reviviendo tiempos felices y viendo los arreboles del atardecer serrano fueron su despedida.

“Don Mariano”, “el chileno”, “el Negro” o “Tata”, como lo llamaban, falleció el 18 de enero de 1995 en Mina Clavero, Córdoba.

Escribía muy bien y era excelente orador pero no se quedaba en las palabras, porque, como dijera el representante de la SADE en su despedida (20/01/95):… “Fue un hombre de acción, de servicio y de abnegación”.

Fué un cabal ejemplo de democracia e hizo un culto del respeto al prójimo. Ello le valió el reconocimiento de sus compañeros y de sus adversarios entre los cuales cosechó innumerables y fieles amigos. Entendió la Política como un Servicio.

Horacio Castillo plasmó en el título de un reportaje que le hizo en 1991, la esencia de este hombre público:

“Mariano Arrieta o el arte de poner el hombro para servir al bien público”.